De que vale la vida
sino lo apuestas todo
De que vale el amor
si no le entregas el poder de matarte
De que
vale la muerte sino salva tu vida
Apostarlo
todo…
Como
esa mujer que camina sensual y segura seduciendo al universo
Como
ese hombre que se queda sentado en una plaza cualquiera sintiendo el viento
Como
aquel que cree en sus propios sueños y es capaz de morir en el intento
Como
el enfermo que herido de muerte quiebra su dolor y camina la vida
Pues
de que vale la muerte si no apuestas tu vida
Apostarlo
todo es creer en el hombre
Es creer
en uno mismo
Es no
creer en el destino
Es creer
en el fruto de tus manos
En el
fruto de tu sangre
Quiero
sentir en mi pecho el honor de ser humano
El poder
de mi sangre forjando mi camino
Potenciar
mi triunfo con el miedo al fracaso
Disfrutar
la briza de la incertidumbre en cada paso
Quiero
ser libre aún de quien más amo
Aunque
llegue solo, pero sabiendo que lo he logrado
Y dejar
tallados mis sueños en el umbral de mi muerte
Sabiendo
que fui yo quien escribió mi suerte